SECRETO PROFESIONAL MÉDICO

Normas y usos

(Autor)

El médico, por las características de su trabajo, que afecta a los valores y derechos fundamentales, es depositario obligado de las manifestaciones de la enfermedad; la enfermedad evidencia también muchas de las manifestaciones anímicas más variadas y obliga a la exploración de los más recónditos recovecos del cuerpo, de la mente y del alma.
Este hecho, fundamental, necesario e imprescindible hace obligado el secreto médico y, dada la complejidad del mundo de cada paciente, debe abarcar todo lo relativo a esa persona, a sus circunstancias y a su entorno.
Es evidente, por otro lado, que la Medicina ha cambiado y se ha hecho más compleja y debe desarrollarse en una sociedad igualmente evolucionada y complicada. En consecuencia también la consideración, valoración y exigencias del secreto han cambiado y hemos pasado de la obligación de guarda del secreto de modo absoluto e inviolable, como adjetiva el Juramento Hipocrático, a un secreto regulado, relativo muy matizado, condicionado por muchos factores.
Existen límites al secreto, determinados por el ordenamiento jurídico, por la misma ciencia, por la ética profesional, por la moral propia y por la misma sociedad que lo valora de modo cada vez más relativo. Las consultas colectivas, la hospitalización masiva, el trabajo en equipo, la presión creciente y el poder de los medios informativos que enfrentan de modo claro el derecho a la información y los derechos a la intimidad, el intervencionismo siempre creciente del Estado, el propio concepto que se tiene del médico que ha pasado a ser un confidente a ser un funcionario, la propia caracterización del enfermo que se ha hecho usuario de la sanidad que se enfoca no como remedio sino como elemento de consumo, la propia cosificación del paciente, su despersonalización y la estandarización de la técnica de curar y su deshumanización, obligan a considerar el secreto médico desde planteamientos nuevos, acordes con las necesidades de la medicina, las exigencias de la sociedad y el propio respeto del médico y de su profesión.
En un mundo ávido de secretos, donde los éxitos televisivos se obtienen a través del voyeurismo colectivo; en el que el hombre se ha transformado en un devorador y consumidor de secretos e intimidades, que son siempre éxito editorial y fuente de satisfacción porque constituyen una demostración de poder sobre el otro. Sin embargo la importancia de este reducto aún es tan grande que muchas personas están dispuestas a sacrificar su vida antes de abrirlo al exterior. La Historia de la Medicina está llega de mártires médicos originados por la guarda de determinados secretos; y no precisamente en la antigüedad o en la era romántica del ejercicio abnegado; repasemos los últimos años de la historia de Europa y de España y cualquier médico puede referir y recordar casos grandiosos de sacrificio por motivos altruistas y éticos en el campo de la Medicina por parte de médicos que no han dudado en sacrificar su vida protegiendo el secreto de sus clientes. Los tratados de Deontología Médica tienen siempre como capítulo fundamental, el análisis del secreto profesional médico; sin embargo, al hilo de los criterios vigentes, muchas de las Bioéticas médicas modernas que tratan de sustituir a la Deontología, ignoran esta importante cuestión.
La utilización de protocolos personales archivados, los informes sobre declaraciones confidenciales, la consulta y confrontación con otros, los juicios paralelos y tantas otras manifestaciones que bordean lo legal y siempre se caracterizan por la falta de eticidad o por su inmoralidad plantean delicados problemas en relación con la guarda del secreto, a la custodia de documentos, a la determinación de lo público y lo privado, lo oculto y lo público. Estas situaciones han originado necesaria y continuamente conflictos entre el médico, los Tribunales de Justicia, Hacienda, la Administración Sanitaria y la propia oficina para la protección de datos cuya solución depende de la importancia relativa de los valores y derechos que entran en conflicto y que pueden llegar a ser motivo de multas, litigios y posible responsabilidad. De ahí la necesidad de que el médico cuente con una buena información, una excelente formación y una fina sensibilidad. Esta es la importancia que tiene el libro que hoy publica el Profesor VERDÚ y que me honro en encabezar: un tema universal de la Medicina trasladado al día de hoy; la sencillez del secreto médico, visto desde la complejidad e interacción del derecho a la intimidad en el contexto de los derechos del hombre y del enfermo en particular.

Autor
Colección
Medicina Legal
Número en la colección
2
Materia
Medicina Legal
Idioma
  • Castellano
EAN
9788484449775
ISBN
978-84-8444-977-5
Depósito legal
GR. 757/2005
Páginas
128
Ancho
17 cm
Alto
24 cm
Edición
1
Fecha publicación
16-06-2005
Rústica sin solapas
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