PALESTINA. EL CORAZON EN UN PUÑO

Escribo de noche en Jerusalén al regreso de un algo accidentado viaje a Belén. El silencio sólo roto por el suave ruido de la ciudad que entra por la ventana abierta a esta Jerusalén que imprime paz total al espíritu, y la presencia, por contraste, aún de las imágenes de un control a la salida de Belén, me recuerdan el compromiso adquirido con el profesor Abel Veiga Copo, quien muy amablemente me propuso escribir unas líneas para este libro suyo sobre el acontecer fundamentalmente conflictivo y problemático de Palestina. Agradezco profundamente esta invitación aunque sólo será el testimonio de gratitud lo que pueda transmitir al lector.

Como uno es de vocación y oficio periodista, debe haber sido el choque con la realidad hace un par de horas a la salida de Belén por lo que estuve esperando para cumplir este compromiso, siempre retrasado durante meses, con el amigo Abel Veiga Copo, colaborador en las páginas de opinión de El Progreso, el periódico de su tierra lucense.

Las reflexiones, los análisis, las opiniones del profesor Veiga Copo son sobre el tenso y caliente acontecer del conflicto árabe-israelí, del problema palestino, de la irresoluta cuestión de la convivencia entre palestinos y judíos, que tantas veces parece más agravada que nunca y sin camino de vuelta hacia la paz, la tolerancia y el vivir con dignidad. Creo que sobre este territorio y todavía más sobre esta ciudad en la que escribo, el problema presenta varios rostros que se entrecruzan y condicionan unos a otros: Israel y Palestina como realidades que parecen inevitables aunque algunos en la radicalidad ciega pretendan negarlas; isarelíes y árabes, que trasciende la estricta cuestión con Palestina, y que incluye las garantías de seguridad para Israel; la gravísima y dramática situación socioeconómica de la población palestina, a la que se añaden los vergonzosos muros y alambradas que separan a las gentes, que dificultan las tareas diarias y que ahondan en las heridas de convivencia; hormigón y alambre de espino que en definitiva reflejan la incapacidad o la falta de voluntad de la política para avanzar en horizontes de esperanza.

No pretendo ser equidistante frente a la pasión que sin duda reflejan los escritos de Veiga Copo. Quiero ser únicamente honrado con lo que veo, observo y me llega por tantos canales, no siempre fiables ni seguros, sobre esta realidad. El escepticismo puede ser un término que defina la posición sobre el presente y futuro inmediato. Por aquí acaba de pasar la secretaria de Estado de EE.UU.y la respuesta que a uno le dan los ciudadanos normales cuando pregunta por los resultados de la visita es de absoluta indiferencia. Pudiera suceder que estos encuentros al máximo nivel de los políticos estadounidenses y europeos sobre Oriente Medio se hayan convertido ya en parte del paisaje.

Sin ser ni pretender ser equidistante, se puede coincidir en ver cómo la política de negación, represión y estrangulamiento económico sobre la población palestina, estrategia que debe proceder de los mismos laboratorios y las mismas mentes que pusieron en marcha la fórmula iraquí hacia la democracia con los resultados que vemos cada día, es uno de los mejores caldos de cultivo para el radicalismo, para mantener abiertas y crear nuevas heridas en la convivencia y la aceptación mutua que necesitarán varias generaciones para curar; pero también conviene escuchar, aunque se precise de traductor, las mentiras y el odio que un clérigo musulmán dirige y siembre sobre una audiencia pobre y sin perspectivas de mejora, en la oración de un viernes, en Nazaret por ejemplo.

Habría que saber si la estrategia de uno y otro bando,-- la de estrangulamiento de toda posibilidad de vida digna, por unos, y la de la siembra del odio y la mentira, por los otros--, obedecen a una misma estrategia de hacer imposible la paz, aunque desconozcan y no les interese cuál sea el resultado final de estas políticas o si ya actúan única y exclusivamente en el camino de aniquilar al otro como única solución admisible. Es una duda que a uno le viene constantemente sobre esta tierra con una historia que a muchos en el mundo nos llama y convoca aquí, en donde sentimos un sosiego y una paz que en ningún otro sitio nos llega, pero que también en esta capacidad de atracción tuvo y tiene el conflicto, la guerra, la deportación y la destrucción casi como una realidad permanente en los siglos. Siempre y puede colocarse uno ante el Muro del Templo, en la Iglesia de la Natividad en Belén, al pie del Mar Muerto,... en cualquier parte que haya una excavación está el testimonio de la constante histórica de la destrucción: siempre de una u otra parte ha llegado aquí el afán de tomar posesión y destruir la realidad precedente.

Colección
Obras Generales
Materia
Obras Generales
Idioma
  • Castellano
EAN
9788498362282
ISBN
978-84-9836-228-2
Depósito legal
GR. 677/2007
Páginas
272
Ancho
13,5 cm
Alto
20,5 cm
Edición
1
Fecha publicación
13-06-2007
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